jueves, 6 de marzo de 2014

Pequeña aportación sobre "Nacidos en los burdeles"

Tras ver el documental "Nacidos en los burdeles" me surge más de un tema sobre el que reflexionar, uno es el de la cultura, sobre ello hemos hablado mucho últimamente pero me gustaría subrayar algo del video que me ha llamado la atención en ese sentido, la vida en ese barrio.
 La pobreza lleva en muchas ocasiones a la prostitución para ganar dinero, a la delincuencia para sobrevivir, a la drogadicción para olvidar lo mucho que cuesta vivir y al dolor como consecuencia de todo ello, pero donde vemos este tipo de pobreza es en la urbe. En el cemento no se puede cultivar, los ritmos de vida son distintos, se anda la noche, se pierde el día, los espacios se reducen entre calles transitadas por gente que jamás podrá conocer al total de los vecinos de su manzana.

Y ¿Qué relación le veo a ésto con la cultura, te preguntarás si estás leyendo lo que escribo?

Veo la cultura del capitalismo, la cultura de la pobreza urbana, no es un problema de la India, es un problema de la pobreza, un problema de la riqueza, un problema del sistema capitalista.

No entiendo a esas madres que quieren prostituir a sus hijas, pero no lo hago porque he nacido en un lugar donde a través de un trabajo regulado mis padre han obtenido un sueldo con el que poder mantenerse ellos y a mi. No lo hago porque no es mi cultura, no he crecido con ella.
Me imagino que algo tan cruel acaba asumiendose, uno se acaba resignando a esa realidad y la hace suya.

No es éste el primer documental en el que veo el sufrimiento de niños que se ven envueltos en esa cultura de la pobreza urbana y supongo que por desgracia no será el último, pero hay algo que me ha gustado entre tanto horror,  muchas veces de lo podrido nace una flor y creo que de este documental, yo puedo ver el capullo: sea como sea, se puede hacer algo, simplemente con la intención de hacerlo, si no en barrios cómo ese, sí en el tuyo, por civilizado que parezca seguro que hay cosas que se nos escapan, por estúpidas que aparenten ser. Y no es un educador social,  animador sociocultural, integrador social, psicólogo etc. el que debe hacerlo, es el humano que cada uno lleva dentro (si ese concepto-humano- esta inmerso en connotaciones positivas como la solidaridad, el amor, la amistad etc.)

La fuerza para querer vivir una realidad menos cruel se puede dar simplemente con mirar a una persona y hacerle sentir que existe. Esa es mi cultura.



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